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El bruxismo es una patología que sufre aproximadamente el 20% de la población. Consiste en apretar inconscientemente la mandíbula y rechinar los dientes, produciendo su desgaste. También produce alteración en la articulación temporomandibular, dolor de cabeza y cuello.
El bruxismo puede producir aumento de los músculos maseteros, ensanchando el tercio inferior de la cara y produciendo una disarmonía estética.
El tratamiento del bruxismo se debe combinar con una férula de descarga nocturna. Fabricada a medida en un material acrílico totalmente biocompatible. Permite la relajación de la articulación temporomandibular (ATM). Se recomienda en personas bruxistas desde el momento de su detección.
El botox es toxina botulínica tipo A, la cual al inyectarse relaja los músculos disminuyendo su potencia de contracción. No requiere cirugía, y sus efectos son inmediatos.
La duración media son 4-6 meses.
El tratamiento del bruxismo mediante la inyección de botox es indoloro, seguro, inmediato y eficaz.